Con el lema “En Jesús nuestra confianza, sembremos la esperanza”, cerca de 500 estudiantes y docentes de Duoc UC participaron en las Misiones de Invierno 2025, desarrolladas entre el 25 y 30 de julio en 18 zonas, 8 regiones y 10 diócesis del país. La experiencia combinó formación espiritual, acción solidaria y vocación profesional, con un despliegue territorial sin precedentes: desde El Molle en la Región de Coquimbo hasta Cochamó en la Región de Los Lagos.
La actividad fue coordinada por la Pastoral Duoc UC y sus respectivas sedes, que realizaron procesos de formación, preparación logística y espiritual durante varios meses previos al envío.
El padre Francisco Llanca, capellán general de Duoc UC, compartió el sentido profundo de esta experiencia: “Lo que buscamos es el encuentro con Jesucristo y con los hermanos. Cada oración compartida, cada juego con niños, cada reparación solidaria, todo tiene valor si nace del amor y del deseo de servir. Las misiones nos recuerdan que Cristo nos invita a poner nuestras cualidades al servicio de los demás”.
Desde la coordinación nacional, Pablo Ibarra, especialista en proyectos de la Pastoral Duoc UC, agregó: “La clave está en acompañar, escuchar y compartir esperanza con las familias. La idea es siempre estar presentes y disponibles con el corazón abierto”.
Las misiones contaron con la participación activa de estudiantes y equipos pastorales de las sedes Padre Alonso de Ovalle, Antonio Varas, Alameda, Plaza Oeste, Plaza Norte, Plaza Vespucio, San Joaquín, San Bernardo, San Carlos de Apoquindo, Puente Alto, Maipú, Melipilla, Valparaíso, Viña del Mar, Concepción, Arauco, Nacimiento, Villarrica, Puerto Montt y el Liceo Politécnico Andes de Renca, que se desplegaron por todo Chile con un compromiso profundo de servicio.
En la comuna de Cochamó, 60 estudiantes y 5 docentes de la sede Puerto Montt llevaron a cabo operativos técnicos y de salud, talleres formativos, mejoras en infraestructura y apoyo pastoral.
Allí, Perla Tobar Argel, técnico paramédico de la posta de Pocoihuen, valoró especialmente el profesionalismo y calidad humana de los estudiantes: “Nunca he visto en un instituto que se preocupen tanto por la preparación técnica como por la calidad humana. Hoy se ha perdido la humanización del paciente en salud y estas niñas la tienen de sobra. Felicitaciones a los alumnos, supieron llegar a la gente y generar confianza en una comunidad desconfiada”.
En El Molle, Región de Coquimbo, 42 estudiantes de la sede Plaza Norte realizaron actividades pastorales, litúrgicas y de servicio, visitando hogares, pintando espacios comunitarios y compartiendo con niños, adultos mayores y vecinos del lugar.
“Me voy feliz y agradecida porque es primera vez que siento que me dan más de lo que yo puedo ofrecer. La comunidad me ha enseñado más a mí de lo que yo les he enseñado a ellos”, compartió Valentina Carrasco, misionera de la sede.
El encargado parroquial de Los Molles, Rodrigo Avilés, destacó la huella espiritual y comunitaria que han dejado los misioneros durante dos años consecutivos: “Su testimonio se hace presente en gestos sencillos: cuando visitan hogares, juegan con niños, celebran misas. Su entusiasmo y espíritu de servicio nos recuerdan a Jesús. Nos sentimos profundamente agradecidos y bendecidos por esta experiencia de fe, servicio y fraternidad”.