Recibir los sacramentos es recibir a Jesús, por eso necesitamos prepararnos. Recibir los sacramentos con la correcta preparación, nos permite gozar de la presencia de Dios en nuestra vida.
La Catequesis nos ayuda en esta preparación, porque conocemos quién es Jesús y a qué nos invita. Sin la catequesis se corre el riesgo de no saber cuál es el regalo que nos ofrece Dios en los sacramentos.
Es el primer sacramento. Por él recibimos el perdón de los pecados, somos hechos hijos de Dios, hermanos de Jesucristo y miembros de la Iglesia. Por el bautismo Dios nos ofrece la vida eterna en el cielo.
Es el segundo sacramento, por el que recibimos la unción del Espíritu Santo, y Jesús nos envía a anunciarlo a los demás, con toda nuestra vida.
Es el tercer sacramento, es la cima a la cual se orientan el resto de los sacramentos, porque consiste en la unión con Jesús por medio de la participación en la Misa: es el Sacrificio de Cristo que se ofrece por nosotros y nos regala en la comunión, el don de su presencia en nuestro corazón.